A lo largo de los últimos meses hemos vivido una coronación, la de los reyes Carlos y Camilla; un 60 cumpleaños, el de la infanta Elena, el 80 de la reina Silvia de Suecia, una nueva edición del Baile de Debutantes en París, varios viajes oficiales —el de los reyes Felipe y Letizia a Dinamarca, por ejemplo— y hasta un estreno cinematográfico, el de Napoleón, ocasiones todas que nos han regalado la oportunidad de ver y hablar de esta joya que, hoy, no está en absoluto reservada a reinas, princesas y aristócratas.

Los joyeros que pusieron de nuevo de moda las tiaras en las cortes europeas con la ayuda de su clienta más célebre, la emperatriz Josefina, creen que en pleno siglo XXI siguen vigente las palabras de Honoré de Balzac cuando hablaba "de aquellos salones de baile donde las damas elegantes lucían tiaras de Chaumet por la noche, convirtiendo las bóvedas en cielos estrellados. Cuando usas, o miras, una tiara, no dejas de ser humano, pero entras de algún modo en el reino de lo divino".

Las cinco tiaras del año, según Vanity Fair

  • 1. La de la abuela del rey Juan Carlos: Para su puesta de largo en el Baile de Debutantes organizado un año más en París por Ophélie Renouard, la archiduquesa Ildiko de Habsburgo usó una antigua tiara de la princesa Luisa de Orleans, la abuela materna del rey Juan Carlos. Subastada en 2018 por la casa Christie’s, la tiara tuvo como última dueña conocida a una de las primas del rey don Juan Carlos, la princesa de origen brasileño María de la Gloria de Orleans y Braganza (nieta de Luisa de Orleans).
  • 2. La de la emperatriz Josefina que ¿prestaron? a Grace Kelly: En una escena de la película Napoleón de Ridley Scott la actriz Vanessa Kirby luce una tiara de diamantes que, al parecer, recrea una de diamantes de Van Cleef & Arpels que perteneció a una aristócrata inglesa que, promocionándola como la que Napoleón le regaló a su esposa, se la llegó a prestar a figuras de la época como a Rose Kennedy, madre de JFK, o Grace Kelly, que la llevó en la gala por el centenario de Montecarlo en 1966. Una tiara que, en efecto, pudo haber pertenecido a la emperatriz, según consta en un inventario de sus muchas y valiosísimas joyas.
  • 3. La de Francisca de Braganza Francisca de Braganza del brazo de su padre: En todo ránking de tiaras que se precie no puede faltar una nupcial; de las diferentes opciones que nos ha dejado el año, nos quedamos sin duda con la de Francisca de Braganza. Tanto por sus 800 diamantes como por su indudable valor histórico: perteneció a la última reina de Portugal, Amelia de Orléans.
  • 4. La más impresionante del joyero real de doña Letizia: Tampoco podemos renunciar a sacar a la palestra a la reina Letizia, que además nos ha brindado la oportunidad de verla con la Flor de Lis, la más valiosa del cofre de las joyas de pasar de Victoria Eugenia: una diadema con 450 diamantes y diez perlas que en ella lució simple y llanamente regia ante la reina Margarita de Dinamarca.
  • 5. La no-tiara de la princesa de Gales en la Coronación: Para terminar, la diadema de diadema en cristal y plata con motivos florales que la esposa del heredero al trono, el príncipe Guillermo, prefirió a alguna de las tiaras de la familia real inglesa para la, probablemente, ocasión más regia de los últimos años: la coronación de su suegro. Porque, en ocasiones, no hace falta ni heredar ni pujar para sentirse como una auténtica reina. Hablando de sueños, ojalá en 2024 veamos al fin a la princesa Leonor con tiara.