Los reyes Carlos III y Camilla finalizaron ayer su histórico viaje a Alemania. Como homenaje al que se ha convertido en el primer país extranjero en recibir la visita de los nueves reyes, Camilla se puso el broche de zafiros y diamantes que le regaló la reina Victoria su marido, el príncipe Alberto, alemán de nacimiento.

Alberto, miembro de la casa de Sajonia-Coburgo y Gotha hasta su matrimonio con la reina Victoria, se lo regaló a su entonces prometida el día de la víspera de su boda en 1840. Al día siguiente, Victoria lo llevó prendido de su famosa traje de novia, de color blanco como los que a partir de entonces empezaron a ponerse de moda entre las novias. La reina Isabel II, tataranieta de la reina Victoria, ya escogió este broche para una visita a Berlín que realizó en 2015, recordando a través de la joya la histórica relación que existe entre Reino Unido y Alemania a través de la familia real. También ella tenía parientes alemanes a través de su marido, ya que las hermanas del duque de Edimburgo se casaron con príncipes alemanes. Los descendientes de estas tías de Carlos III han tenido un hueco en la agenda de su primo y hace unos días vimos a varios de ellos en la cena de gala que el presidente de Alemania ofreció en honor de sus invitados en su residencia de Berlín.

En el caso de Camilla, ayer fue la primera vez que utilizó el broche de bodas de la reina Victoria, aunque como reina ya ha llevado otras piezas del antiguo joyero del antepasado de su marido. En septiembre del año pasado, la reina acudió al funeral de Isabel II con un broche que le regalaron a la reina Victoria sus nietos, con motivo de su Jubileo de Diamantes en 1897.