La gente a menudo habla de las piedras preciosas como pertenecientes a un grupo de piedras y piedras semipreciosas como miembros de otro, como si hubiera una distinción objetiva. Pero en realidad este no es el caso. Hay una línea delgada y flexible que divide estas dos categorías.

Las piedras preciosas se clasificaron por primera vez en las categorías de "piedras preciosas" y "piedras semipreciosas" a mediados del siglo XIX. Estos términos se hacen rápidamente populares y ahora se usan en todo el mundo.

¿Qué son las "piedras semipreciosas"?

Una piedra semipreciosa también se conoce como gema, que es una porción de mineral que, en forma refinada y cortada, se usa para crear joyas u otros adornos. También hay recursos orgánicos o rocas que no son minerales (por ejemplo, azabache o ámbar) que también se usan para joyería y también se consideran como piedras preciosas.

El término "piedra preciosa" versus "piedra semipreciosa" es un término comercial que simplemente no siempre es aplicable. Son términos que existen únicamente en Occidente y fueron creados como una herramienta de marketing por las personas que buscaban vender piedras preciosas. Las piedras preciosas son diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros. Todas las demás piedras se consideran piedras semipreciosas.

Las piedras semipreciosas incluyen piedras preciosas hechas de: ágata, ámbar, amatista, aguamarina, aventurina, calcedonia, crisocola, crisoprasa, citrina, granate, hematita, jade, jaspe, chorro, kunzita, lapislázuli, malaquita, piedra lunar, obsidiana, ónix, peridoto rodonita, piedra solar, ojo de tigre, tanzanita, topacio, turquesa, turmalina y muchos otros materiales.

Algunas personas creen que la palabra "semipreciosa" es despectiva, irreverente, engañosa o confusa, y que su uso debe descontinuarse. Desafortunadamente, eliminar la palabra "semipreciosa" del uso sería extremadamente difícil.