Desde su primera producción en 1953, el Submariner (ahora conocido simplemente como el “Sub” por los coleccionistas) ha pasado de ser una humilde pieza de equipo de buceo a convertirse en el estándar de oro de los relojes herramienta de lujo, y el reloj de buceo por excelencia, y se ha ganado con creces su estatus como uno de los griales más buscados del mundo en los últimos 71 años.

¿Por qué es tan importante el Rolex Submariner?

Por un lado, el Submariner cuenta con una serie de características de primer nivel: una caja de acero inoxidable 904L (también conocida como Oystersteel), Chromalight lume y un bisel Cerachrom (como la cerámica, pero mejor). Por otra parte, ha sido embellecido a lo largo de las décadas con un montón de mejoras inteligentes, como el brazalete Glidelock, fácilmente ajustable, y una gama de esferas y biseles de colores, por no hablar de las versiones en oro y dos tonos (también conocido como Rolesor). Pero lo que realmente entusiasma a los coleccionistas de relojes, y hace que los Submariner antiguos sean unos de los relojes más coleccionados del planeta, se reduce a una cosa: la consistencia.

Tiene sentido. ¿Cómo ha evolucionado desde entonces?

“Todo el mundo fabricaba un reloj de buceo en los años 60, pero el Submariner es el más icónico de todos porque no ha cambiado desde entonces”, afirma Sacha Davidoff, especialista en relojes de época afincado en Ginebra. “Es como el Porsche 911: es el mismo coche, pero lo que hay dentro ha cambiado”.
Al igual que el icónico coupé alemán, explica Davidoff, los cambios introducidos en el Submariner a lo largo de los años lo han hecho más fiable y robusto que sus predecesores, pero la forma esencial —los índices geométricos, la manecilla “Mercedes”, el bisel giratorio y el brazalete Oyster— es esencialmente la misma que en 1960.

“Por eso el Submariner es tan importante”, afirma Davidoff. Rolex “ha mantenido intacto el ADN al tiempo que ha mejorado la tecnología”.