Lo del ser humano con el oro es digno de estudio. Un metal blando y sin ninguna utilidad práctica real. No sirve para construir herramientas y como material de construcción, aunque algunos emperadores lo hayan usado para revestir palacios. Pero será su color brillante o su escasez, el caso es que se han desatado guerras y traiciones por su causa.

Oro disuelto en el océano

Aunque lo de la escasez es relativo. El Servicio Oceánico Nacional de Estados Unidos (NOAA) acaba de publicar un artículo sobre la abundancia de oro en el mar. Qué hace la agencia norteamericana dedicada al estudio y conservación de los océanos publicando este tipo de información es otro asunto. Según la NOAA en el mar hay nada menos que 20 millones de toneladas de oro. 

Este oro se encuentra disuelto en el agua marina. Sí, hay otros metales diluidos pero el artículo solo habla del metal precioso. Y la concentración es extraordinariamente leve. Nada menos que 0,00013 gramos por litro. Pero teniendo en cuenta la cantidad de agua que embalsan los océanos, estamos hablando de que hay más de 4 kilos de oro por habitante de la Tierra.

Minería marina

Ahora, el problema es extraerlo. Tendrías que ser capaz de procesar unas 10 toneladas de agua para poder hacerte un solo pendiente. Uno muy pequeño, además. Y no bastaría con dejar que el agua se evaporara. Luego tendrías que ser capaz de separar el oro de la sal y del resto de minerales suspendidos. Sí, efectivamente, no parece rentable. Si así fuera, ¿no crees que ya lo estarían haciendo? Pero también hay grandes cantidades de oro sin diluir en el mar.

En concreto en los lechos marinos, a profundidades entre los 3 y los 5 kilómetros. Pero como en el caso anterior, ahí se van a quedar. Porque crear una obra de minería a esas profundidades es simplemente una utopía. De nuevo, no sería rentable primero llegar a esas profundidades y luego trabajar para extraer el metal.