El nuevo Co-axial Master Chronometer que ha lanzado la marca suiza tiene oro blanco y una esfera azul como algunos de sus clásicos pero también el cronómetro más preciso y funcional del mundo

“¿Rolex?” pregunta Vesper Lynn, “Omega” reponde Bond en Casino Royale, una de las últimas entregas de la saga del 007 que conserva la suntuosidad que siempre ha rodeado el universo del agente secreto pero que ya delata la funcionalidad y vanguardia que abrazaría la cinta en las nuevas entregas y que tan bien puede resumirse con la aparición de ese reloj como talismán de Craig en toda la cinta.

No solo la casa suiza ha sabido reinventarse como objeto de deseo colectivo más allá del personaje de Ian Fleming, sino que ahora ha relanzado un nuevo modelo dentro de sus clásicos y que se adelanta a los más populares como el Seamaster -el más habitual de Bond- o el Constalation: un Speedmaster, que además incorpora una neófita combinación de cronógrafo con timbre en su interior.

Así, el Speedmaster Chrono Chime indica los minutos, las decenas de segundos y los segundos del tiempo transcurridos mediante tres tonos distintos generados por martillos que golpean los gongs del cronógrafo, dotando a este reloj de una precisión nunca antes vista.

El funcionamiento de este modelo -que cuenta con asiduos como George Clooney o David Gandy- implica el movimiento más complicado que la casa ha producido nunca, además de ser el mecanismo central del Olympic 1932 -con quien comparte una primera versión de su escape Co-Axial de alta frecuencia- y que se inspiró en los cronómetros de Omega utilizados en los primeros Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932, que -junto con los de Berlín, cuatro años más tarde- marcarían el inicio de la firma como el reloj oficial de esta y otras tantas otra competiciones.

Hay que recordar que en el año 36 Omega se convierte en el cronómetro más preciso del mundo, con una marca de 97,8 sobre 100 -algo que sigue sin superarse a día de hoy- y según la certificación del Kew Observatory americano. Además, este reloj en concreto también posee la certificación Master Chronograph, que lo hace resistente frente campos magnéticos -de hasta 15.000 gauss-, en gran parte gracias al uso de sus piezas de oro que pesan más de 46 gramos al estar en movimiento.

Además de toda esta funcionalidad y detalle, su estética lo diferencia de otros relojes de su gama e incluso de otros Speedmasters; en concreto, el nuevo Chrono Chime está recubierto en 45 mm de oro blanco Sedna de 18 quilates de Omega, lo que destaca frente a su esfera de aventurina azul y el resto de las subesferas de oro -también de 18 quilates- con un diseño de ondas acústicas que representa el sonido exacto del reloj. Su precio de salida roza el medio millón de euros y ya se puede reservar a través de sus boutiques y su web.