Si bien las pulseras han venido acompañando al hombre desde tiempos primitivos como objeto de adorno, algunas piezas han pasado a la historia por un fin concreto. Entre estas se encuentran las ID bracelets (pulseras de identidad).

El origen data de la época de la Segunda Guerra Mundial. Los militares americanos empezaron a usar unos brazaletes pesados con una chapa curva donde se grababan sus datos con el fin de poder ser identificados en caso de muerte o incapacidad. Algunas de estas piezas siguieron usándose después de la guerra y empezaron a tratarse como joyas en los años 40.

La popularidad de las pulseras de identificación se extendió al mundo civil en la década de los 70, cuando los estadounidenses comenzaron a usarlas grabadas con el nombre de los soldados reportados como desaparecidos en acción o como prisioneros de guerra durante la Guerra de Corea o la Guerra de Vietnam. las pulseras se devolvían al soldado en cuestión si regresaba a casa o a la familia del mismo si este moría

Más tarde empezó a regalarse esta pulsera como símbolo de amor, llevando grabado cada miembro de la pareja el nombre del otro, aunque por unos años perdió bastante popularidad hoy día, la esclava vuelve con fuerza y está de actualidad, su uso se extiende más allá de lo funcional y pasa a ser un complemento estético y una joya que aporta carácter.