Existen varios motivos por los que es importante tasar nuestras joyas, ya que muchas veces son heredadas de generaciones anteriores, y podemos llegar a desconocer el verdadero valor que tenemos guardado en un cajón.

Entre las razones podemos citar:

• Para tener asegurados y protegidos estos bienes que aún siendo pequeños tienen un gran valor sentimental.
• Para tener un inventario detallado en caso de herencias o divorcio.
• Para saber cual es el valor de todo lo que tenemos, incluso objetos rotos, o dañados por el paso del tiempo, ya que eso no significa que carezcan de valor.

Según el material de la joya tiene un valor distinto:

Éste punto es muy importante cuando hablamos de metales: no es lo mismo la plata o platino, de oro o enchapado, cobre, etc. Lo mismo sucede con nuestras piedras preciosas, si son auténticas, sintéticas o de imitación. Por ejemplo la diferencia entre un diamante o una zirconita - ésta última es una gema con propiedades macroscópicas muy similares a las del diamante, pero muchísimo más barata, por lo que a menudo se le denomina “diamante de imitación”.

Incluso siendo diamante variará mucho según su pureza, color, talla y peso, además se valora muy positivamente si dicho diamante tiene o no un certificado.
Por último la forma en que fue realizada también cobra valor a la hora de tasarla. No es lo mismo una joya realizada a mano o por procesos artesanales que por procesos mecánicos.

Tanto como lo ya expresado, es el estilo o la marca de las piezas de joyería. Podemos tener en nuestro poder alhajas de estilo art decó, art nouveau, florentino, etc. O de marcas como Cartier, Van Cleef, Tiffany, Bulgari, etc. y no saberlo... y hay mucha diferencia entre éstas y otras más comunes.