El horólogo Alberto Selvaggi, que durante 33 años fue el relojero del Palacio legislativo, falleció hoy a los 85 años de edad. Selvaggi se ocupaba del mantenimiento del mecanismo y las agujas del reloj alemán de 1930, ubicado en lo alto de la torre de la Legislatura porteña, y de los relojes secundarios que están en los pasillos.

La máquina, ubicada dentro de un círculo de acrílico blanco y de numeración romana fundida en hierro, es el que marca la hora oficial de la ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por su preciada labor fue distinguido por el Instituto de Horología Británico (British Horological Institute) nombrándolo Miembro Honorífico. De visita en Londres, tuvo el privilegio de ser uno de los pocos relojeros del mundo en haberle dado cuerda al Big Ben.

Además de la Legislatura porteña, Alberto Selvaggi también se encargó de mantener en hora el reloj de la iglesia de El Salvador, y el que se encuentra el antiguo edificio de la empresa Shell, ubicada en Diagonal Norte y las esquinas de Esmeralda y Perón.

Desde hacía 33 años, Selvaggi subía todos los días, cerca del mediodía, los 67,80 metros de alto hasta la sala de control del reloj. En su mano llevaba algunas herramientas. Se detenía frente a un armario de madera que protege el corazón del gigante y observaba que todo esté girando en un perfecto orden, que no le falte aceite a ninguno de sus engranajes, que el escape (que genera el tictac del reloj) distribuya bien los impulsos del oscilador, que marque la hora correcta y que cada cuarto de hora el sistema active el sonar de las campanas.