La tradición de poner aritos o pendientes a las bebés recién nacidas es una práctica muy extendida en muchas culturas de todo el mundo. Aunque esta costumbre ha generado cierta controversia en tiempos modernos, sigue siendo una práctica popular en muchos países, especialmente en América Latina, España, India y algunas partes de África.
La idea de colocar aritos a las bebés en sus primeros meses de vida tiene un origen cultural, religioso y simbólico que se ha transmitido de generación en generación.
Origen Cultural y Simbólico
La práctica de perforar las orejas de las niñas tiene raíces antiguas en diversas culturas. Históricamente, las joyas han sido vistas como símbolos de estatus, belleza y protección. En algunas civilizaciones antiguas, se creía que los pendientes no solo embellecían a las niñas, sino que también las protegían de malos espíritus o influencias negativas. La idea de colocar pendientes en las orejas de las niñas pequeñas estaba, en muchos casos, asociada con creencias en la protección espiritual y la fortuna.
En la cultura hindú, por ejemplo, existe una ceremonia tradicional llamada Karnavedha en la que se perforan las orejas de los niños (tanto niñas como niños) en un ritual que simboliza la purificación y la apertura de canales energéticos. Esta ceremonia se realiza en algunos lugares incluso hoy en día y refleja una antigua creencia de que los pendientes tienen un papel protector. Otra razón importante detrás de la tradición de poner aritos a las bebés es la idea de marcar el género desde una edad temprana.
En muchos países, especialmente en América Latina y algunas regiones de Europa, los pendientes en las orejas ayudan a que las personas identifiquen a las niñas de los niños, especialmente cuando los bebés son muy pequeños y pueden parecerse entre sí en apariencia física. En estas culturas, los aritos se consideran un distintivo femenino que ayuda a diferenciar a las niñas.
Además, en muchas sociedades, la belleza y la estética están valoradas desde una edad temprana, y los aritos se ven como una forma de embellecer a la niña. Los padres colocan los pendientes en sus bebés porque creen que esto realza su apariencia y las hace verse más delicadas y femeninas.