Sus relojes gustarán más o menos, pero nadie puede negarle a Hublot que lo da todo para desmarcarse de las propuestas más tradicionales del mercado relojero, y que sus esfuerzos por ir más allá en materiales y diseño son loables.

Una vez más, lo demuestra con su línea Big Bang Meca-10 Street Art, que lleva al límite su concepto del arte de la fusión. La firma del grupo francés LVMH comenzó a ponerlo en práctica en 1980, cuando implementó la correa de caucho y la unió a una caja de oro.

En esta ocasión ha vuelto a sorprender a propios y a extraños con el material que ha elegido para fabricar sus nuevos Big Bang, unos relojes de fuerte identidad que fusionan arte urbano y relojero. Es el hormigón. Sí, ese que resulta de la mezcla de agua, arena, grava y cemento, y que, al fraguar, adquiere más resistencia. Pero, ¿cómo se puede alumbrar un reloj de lujo con estos componentes?

Pues sí, la caja de 44 mm de diámetro y 15,3 mm de grosor del Big Bang Meca-10 Street Art que acaba de ver la luz está hecha de un compuesto de hormigón, al que se ha añadido una resina epoxi de base biológica para garantizar su solidez, y también grafeno, hecho a base de carbono, para reforzarlo. El conjunto no se ha pulido. “La intención era darle la textura y los bordes rugosos de una pared real, para transmitir el tipo que los grafiteros utilizan para plasmar su arte”, según reza un comunicado de la marca.

Sobre ese mural, el suizo Saiff Vasarhelyi (que fue ingeniero de software antes que artista y que también colaboró con la relojera Rebellion) ha utilizado una plantilla y un aerógrafo para decorar con grafitis cuatro versiones del reloj. Todas con características idénticas pero con un estampado diferente.

La explosión de color se ha contagiado a la esfera, a la correa de tejido con cierre de velcro (con sistema intercambiable One Click) y al movimiento interno, el HUB1201 que portan todos los Big Bang Meca-10 de Hublot. Es un calibre que se presentó por primera vez en 2016 y que se observa a través del fondo de cristal de zafiro del reloj. Ofrece una reserva de marcha de unas 240 horas, una barbaridad.

Bajo la luz ultravioleta se comprueba la fluorescencia de estos cuatro ejemplares que se venden con un estuche de madera adornado con los mismos motivos grafiteros. Hay 10 unidades de cada referencia del Big Bang Meca-10 de Hublot, y solo se venderán en Estados Unidos, a un precio de 49.500 euros cada una.