Se llama OG y es la nueva marca que ha pasado a engrosar la concurrida plaza de la alta relojería. Pero, ¡oh, sorpresa!, no procede de Suiza, el principal productor mundial, sino que es hija de la Gran Bretaña. OG y llega con ambición, transparencia y una producción inicial muy pequeña de 10 unidades este año.

Porque su fundador, el diseñador autodidacta y aficionado a los relojes Oliver Gallaugher (de ahí lo de OG), quiere hacer las cosas con mimo. Y por eso pide por su primer modelo, Deep Space, 7.800 libras (unos 9.080 euros).

Este reloj de lanzamiento es un dos agujas original. Para darle vida, Gallaugher, de 32 años y natural de Bristol, se ha asociado con artesanos e ingenieros de Alemania, Hong Kong, Rusia y Suiza. Así, el calibre de base empleado es un Unitas 6498 suizo de cuerda manual, modificado y terminado en la cuna de la relojería alemana, Glashütte, por DK Precision Mechanics, que realiza movimientos y componentes para muchas marcas de relojes de renombre.

De hecho, es similar a la placa de tres cuartos germana del siglo XIX, que cubre las tres cuartas partes del movimiento y asegura que todas las piezas se mantengan en su lugar. Ofrece una reserva de marcha de 48 horas y Gallaugher lo ha llamado GUY-1 porque así se llamaba su abuelo.

No obstante, es la esfera texturada con cepillado en diagonal la que se lleva todo el protagonismo en cuestiones de diseño. Se trata de una representación del cielo nocturno, para lo que se han servido de estrellas grabadas a mano que evocan el parpadeo de los astros de noche. Las agujas afiladas, fabricadas en titanio y acero, proceden de Moscú y de Glashütte.

En cambio, la caja de acero, que mide 41 mm de diámetro, está elaborada en Hong Kong y en Moscú. Con una hermeticidad de 30 metros, muestra acabados pulidos y arenados en contraste, y se ciñe a la muñeca con una correa de piel de becerro y nailon intercalado hecho a mano de color gris. Por último, cuenta con una gran corona de estilo antiguo y un fondo de caja atornillado decagonal, a través del cual se ve el movimiento.

“Deep Space es el primer modelo de la ‘serie Lyrical’, que exhibirá relojes con temas abstractos, ejerciendo disciplinas tradicionales y artesanales como grabados a mano, esmaltados y guilloché, por nombrar algunos. Otras colecciones se centrarán en complicaciones de uso más prácticas”, dice el emprendedor. Veremos qué tal recibe el mercado su esfuerzo. Por lo pronto, aunque no hemos visto de cerca el reloj, se agradece que Gallaugher revele sin complejos el origen de cada pieza, una información que muchas otras firmas guardan con celo.